HISTORIA DE LA FONOGRAFIA
Por Oscar Jaime Cardozo Estrada
Director Planeta Salsa
Todos los que nacieron entre el año cincuenta y los setenta, recordarán con nostalgia lo que era ver al papá sentado en la sala de la casa, escuchando la melodía que brotaba de los bafles de aquella radiola Phillips, Grunding o RCA (marca de la Radio Corporation Of América), que seguramente con mucho esfuerzo y por el amor a la música se había comprado. El melómano en su nostalgia pasaba horas enteras degustando el manjar que milímetro a milímetro le iba entregando la aguja recorriendo su aparejado surco.
Nadie pensaba, de hecho no es que ahora se piense mucho al respecto; decía, nadie pensaba en toda la inventiva que había detrás del mueble de madera que al abrir mostraba la luz verde o roja del inolvidable “Ojo Mágico” del equipo que permitía escuchar por onda corta, las noticias desde Cuba, España o el más recóndito país de idioma ininteligible. Que permitía además, que los decibeles se alojaran en medio de una candente tarde dominical de repichinga.
Fueron muchos los tropiezos y mucho el tiempo que tuvieron que invertir para acercarse al manejo a voluntad de la grabación y reproducción de un sonido.
Imposible no pensar, como si fuera posible, qué diría, qué sentiría con los equipos electrónicos del siglo XXI, aquel relojero de nombre Smooth Nikola, que en Suiza, por allá en 1796, logró crear una máquina que permitía grabar sonidos. O cómo se maravillaría el francés Edouard Leon Scott tenido como el primero, que en el año 1860, obtuvo una grabación entendible, audible, pero sobre todo reproducible, mediante un aparato al que llamó “Fonoautografo”.
Inicialmente se utilizaron cilindros de cera en los que se lograba a voluntad, mediante un proceso electromagnético, atrapar o liberar sonidos, pero estos cilindros eran de muy corta duración, lo que los hacía no sólo costosos, sino complicados en su manejo y operación.
Aparece la solución, en 1856 Alexander Parkes, inventa el primer plástico del que se tenga noticia, al que llamó "Parkesina", que estaba compuesto por una solución de nitrocelulosa y petróleo.
En el año de 1876, el norteamericano Thomas Alba Edison, patentó un equipo que podía grabar y luego reproducir el sonido grabado. Lo llamó "Fonógrafo".
Luego, 12 años después, el alemán Emilio Berliner, creó una máquina que aprovechando el invento del plástico 40 años atrás, podía grabar y reproducir el sonido, pero sobre un disco plano de plástico, abriendo la posibilidad de poder grabar infinidad de copias. Este aparato sería conocido como el “Gramófono”.
Ya se empiezan a ver estas invenciones desde la óptica comercial, así es que en el año 1894 es creada la empresa Gramophone de Berliner, la cual empezó a producir en serie discos comerciales. Eran superficies redondas pequeñas, de máximo 7 pulgadas de diámetro, pero no eran funcionales pues debido al material del disco, la vulcanita, el ruido del roce de la aguja, apagaba la reproducción del sonido.
Empezaba el siglo XX, y en el año de 1902, se lanza al mercado en Europa, los primeros discos Gramophone de 10 pulgadas de diámetro, los cuales eran grabados por una sola cara. Eran discos que giraban a 16 revoluciones por minuto. El honor le correspondió al tenor italiano Enrico Caruso del que se grabaron varias interpretaciones de sus óperas. Dos años después se podrían comprar discos grabados por las dos caras.
En 1906, sale a la venta el famoso gramófono llamado "Victrola", que se convirtió en el tocadiscos de moda de finales de la primera década del siglo pasado.
En plena crisis económica mundial, la depresión de los años 30, aparece el primer disco de vinilo, con un diámetro de 12 pulgadas, diseñado para que girara a 33 revoluciones por minuto. Lastimosamente en este primer intento los resultados fueron funestos, debido a la situación económica por la que atravesaba el mundo entero.
Luego aparecieron los discos que giraban a 78 revoluciones por minuto (rpm) sobre los que se grababa una sola canción por cada lado. Esto no era funcional ni cómodo para el melómano, quien debía pararse a cambiar de lado el disco cada vez que terminaba una canción. La idea surgió y pensaron que si le bajaban revoluciones de giro y amentaban el diámetro del disco, podrían incluir más canciones en el mismo lado. Así el 21 de junio del año 1948, se presentó en Nueva York, un disco que tendría diez veces más duración que el de 78 rpm, unos 55 minutos en total, tendría un diámetro de 12 pulgadas y giraría a 33 1/3 rpm. Se le llamó el “Long Play” o larga duración, conocido por sus iniciales en inglés, LP. Era fabricado a base de resina de polivinilo, material idóneo para lograr que el ruido del roce de la aguja de diamante o de zafiro desplazándose por el surco, fuera casi que imperceptible.
Un año después, en 1949, aparecen, inicialmente como discos promocionales, los famosos 45 rpm, los del hueco grande en el centro del label. Debido a que el larga duración, Long Play o LP, tenía éxitos pero también incluían canciones de ninguna o poca aceptación entre los melómanos, y en el disco de 45 rpm se incluía un éxito por un lado y un tema de contestación, como se le conocía, por el otro lado, además que este formato de vinilo por ser más pequeño y contener sólo dos canciones, era más económico, fue ganando acogida en el mercado, a tal punto que las incipientes disqueras, sobre todo entre los años 50 y 60, orientaron todas sus estrategias de mercadeo hacia este formato. Pero el LP continuaba allí, en algo paquidérmico, en algo funcional, porque en un solo disco se podría tener un compendio de entre 10 y 12 temas de la misma agrupación o del mismo artista.
De ahí en adelante surgen otros formatos que no tuvieron gran acogida, como el disco de 8 pulgadas de hueco pequeño y de 33 rpm, que contiene dos canciones por cada lado, o el disco de 10 pulgadas de 33 rpm que contiene cuatro canciones por cada lado.
Las compañías siguen investigando e innovando. En 1963, es lanzado al mercado por Philips, el audio casete compacto de cinta magnética, que fue comercializado como un medio para grabar archivos de audio. Realmente dos años antes había aparecido otro formato, que fue conocido como “cartucho”, también de cinta magnética, que no tuvo mucha acogida y desapareció rápidamente.
A mediados del año 1985, llegó un nuevo formato que terminó finalmente por desplazar al disco de vinilo. Se trata del Disco Compacto, que además de tener menor tamaño permite incluir más canciones, la aguja del equipo desaparece para darle paso a un lector laser que en forma de luz lo toca, logrando que se elimine totalmente el ruido producido por el roce de la aguja. Un Disco Compacto, o CD, tiene una amplia duración en el tiempo, aunque los melómanos consagrados nunca cambiarán el sonido de un LP por el de un CD.
Llegando al final de este recorrido de formatos y soportes de grabación, no podemos dejar de nombrar el Minidisc, formato creado en la década de los 90 del siglo pasado, por la multinacional Sony, el cual es una especia de combinación entre el casete y el CD, pues es básicamente un pequeño CD dentro de una caja plástica, y al igual que el soporte de cinta magnética, también es regrabable. Lastimosamente duró unos pocos años en el mercado aunque es de una amplia funcionalidad para el amante del arte de buscar melodías en sitios recónditos.
Para terminar tenemos que nombrar a las ya famosas memorias USB, IPods, Discos duros externos, etc., que hoy por hoy logran en mínimos espacios almacenar cantidades monumentales de música.
Lastimosamente el CD, aunque trajo ventajas, lo que ocasionó fue un proceso imparable de violaciones a los derechos de autor y a los derechos fonográficos. El CD permitió que todo el mundo pudiera desde su computador personal, “quemar” CD´s, que no es otra cosa que piratear la música de los diferentes fonogramas.
Por eso para los artistas ya no es negocio grabar, ni los emociona mucho pensar en ello. Ese tiempo en que la cúspide de la carrera de un cantante era grabar su primer disco, ya pasó.
Por eso ellos mismos, los artistas, han empezado a mirar nuevamente hacia el LP. De hecho varias agrupaciones actuales están publicando sus trabajos musicales en dos formatos, en CD y en LP, paralelamente.