YAYO EL INDIO
La voz del bolero por excelencia, aunque cantó como ninguno, sones, guajiras y guarachas. La voz líder en los coros de casi todos los trabajos discográficos de salseros en la época dorada del Nueva York de los años 60 y 70. La voz, la figura y el carisma inconfundible de la delantera vocal de la Sonora Matancera, Gabriel Eladio Peguero Vega, el inolvidable “Yayo El Indio”.
Hoy estaríamos celebrando su cumpleaños número 92. Había nacido en la sureña ciudad Juana Díaz, en Puerto Rico. Su cuna le dio para llevar en la sangre el sabor de palmeras y lamentos de cantos negros. Nació de una combinación a todas luces musical, padre dominicano y madre puertorriqueña.
Cuenta la anecdótica boricua que el joven Eladio sufría de una tartamudez tan asentada, que le era casi imposible comunicarse de corrido con sus amigos del barrio. Sin embargo, él mismo lo decía, el canto lo curó. Después de los 16 años empezó a asistir a diferentes estaciones de radio de la Isla. Cantó y encantó. Conformó su primera agrupación, “la Pilot” vocalizando a dúo con su compatriota Ruth Fernández.
Con Carlos "Caíto" Diaz
Después de este inicio, pasa a la ponceña orquesta “New While”, luego a otras orquestas hasta que llegó a la “Casino de Ponce” donde encontraría su oportunidad de acariciar al acetato, grabando el bolero “Bésame Otra Vez”
Desde niño lo apodaron “Yayo”, calificativo que le tenían también a su abuelo paterno. Otros lo llamaban “Indio” debido a que su fenotipo tenía rasgos de las personas provenientes de la lejana India. Así, la gran mayoría de sus amigos, para combinar los dos apelativos, lo llamaban “Yayo El Indio”.
Una vez, ya viviendo en los Estados Unidos, y siendo conocido artísticamente como Eladio Peguero, se estaba presentando en el programa “El Buen Vecino”, que se transmitía para todo el país por la cadena de emisoras CBS. Al locutor norteamericano de la época que hacía de presentador, se le dificultaba pronunciar el apellido Peguero, por lo que el gerente de la CBS, Raimond Chester, le sugirió que lo llamara como lo conocían sus amigos desde niño. Así lo presentó, sin siquiera imaginar que a partir de este momento el nombre de pila desaparecería por completo, para dar paso al nombre de “Yayo El Indio” que marcaría toda una época en la vocalización como solista y como magnifico corista, colaborando en muchísimos trabajos discográficos afrolatinocaribeños.
Otra de las anécdotas indica que el día de la inauguración del emblemático “Cabo Rojeño” se anunció el show del joven puertorriqueño Charlie Figueroa. Pero el destino marca la ruta. Figueroa tuvo un problema judicial que no le permitió cumplir con su presentación esa noche. Corría el año 1952, año de agite en la escena musical nuevayorkina. Algo había que hacer. El cantante que podría solucionar este inconveniente, no sólo por ser cercano a los dueños del establecimiento sino por tener una magnifica voz y un inmejorable manejo del escenario, era “Yayo El Indio”. Pues se presentó y gustó tanto, que lo dejaron de planta por casi un año.
Se convirtió en un solista, sobre todo de boleros, aunque Miguelito Valdés le descubriera su gran talento para liderar coros. Aquí tampoco, ni Valdés, ni Peguero vega, imaginarían que su participación en los coros se convertiría en una actividad incluso más rentable que la de cantar como solista. Es verdad. Uno mira muchos de los trabajos salseros de la década de los cincuenta, sesenta y setenta y en los créditos aparece en los coros de muchas orquestas, el nombre de nuestro recordado Yayo El Indio.
Participó activamente en “La Cesta All Stars”, agrupación dirigida por los maestros Charlie Palmieri y Joe Quijano. Fue invitado a México por el maestro Pedro Flores para grabar con su Cuarteto. En Puerto Rico hizo parte de la orquesta de Roberto Angleró Pepín. A principios de los años 60 entró a conformar la delantera vocal de La Panamericana, orquesta que dirigía con lujo de detalles el maestro Lito Peña. En 1965 participa con Johnny Pacheco y Charlie Palmieri en la grabación del álbum “The New Latín Dance Craze – Charanga Pachanga”, acompañado por la orquesta del maestro cubano Oscar Bouffartique, alternando en la vocal con Frank Souffront y Tony Molina. Posteriormente entró a participar en la orquesta del timbalero de todos los tiempos, Orlando Marín, con el que pegaría el trabajo discográfico “Está En Algo” bajo el sello Fiesta.
Mientras tanto, se iba acercando su entrada gloriosa al “Decano de los Conjuntos Cubanos”. Todo el tiempo, sin saber, formándose para este momento.
En Nueva York, en 1970, se da lo que el destino venía cocinando, el momento cumbre de la historia musical antillana, conoce a Don Rogelio Martínez, Director de La Sonora Matancera. En diciembre de ese año, el matancero Justo Betancourt se retira de la agrupación, pero recomienda a “Yayo El Indio” para que lo remplace en una presentación contratada a la Sonora Matancera en los carnavales de Venezuela. Todos aceptaron. Viajó con la Sonora al vecino país, yéndole muy bien en su presentación de debut. El 21 de enero de 1971 firmaría su ingreso a La Sonora Matancera. El maestro Peguero se dedicó por completo a la Sonora, a tal punto que canceló todos los demás contratos para dedicarse por completo a ella, con quien grabaría un total de 44 temas como cantante, además de otros tantos en los que actuó como corista junto a Carlos Manuel Díaz “Caíto.
Después de un poco más de 23 años, en el año de 1994, toma la decisión de retirarse de La Sonora Matancera, regresando a Puerto Rico a trabajar participando en la Orquesta de los herederos del fallecido César Concepción.
Su ciudad, por muchos años fue Nueva York, ciudad donde falleció en la fría mañana del lunes 11 de diciembre de 2000, víctima de una avanzada leucemia. Sus cenizas fueron llevadas a Puerto Rico y el sábado 16 de diciembre fueron sepultadas en el cementerio del Viejo San Juan en Puerto Rico, muy cerca de donde está enterrado Daniel Santos.
FUENTES CONSULTADAS
· DIAZ Ayala, Cristóbal. Enciclopedia Discográfica de la Música Cubana 1925 – 1960.
· MÉNDEZ, Ángel. Swing Latino. Gente Caribe. La Biblia de la Salsa. El Palacio de la Música S.A. Caracas, Venezuela. 1985.
· RAMIREZ B., Héctor. “Historia de la Sonora Matancera y sus Estrellas”. Impresos Begón. 2ª Edición. Volumen 1. Medellín, Colombia. 1998.